Press Releases Israel/Gaza: Speech by High Representative/Vice-President Josep Borrell in the EP Plenary on the situation

Israel/Gaza: Speech by High Representative/Vice-President Josep Borrell in the EP Plenary on the situation

Señora la Presidenta del Parlamento [Europeo, Roberta Metsola], Señora Presidenta de la Comisión [Europea, Ursula von der Leyen], Señor Ministro [de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares],

Señoras y señores diputados,

Son momentos de intensa emoción con los sentimientos a rojo vivo.

Son momentos en los que hay que llamar a la voz de la razón, para ir más allá de las emociones que los trágicos acontecimientos que venimos viviendo nos producen a todos.

Todos hemos condenado el horror indescriptible de los ataques que ha sufrido Israel. Esos ataques contra la población civil que han dejado tantos muertos, afectado a tanta gente indefensa en un momento en el que estos estaban celebrando la vida, y se han encontrado de bruces con la muerte.

Repitámoslo una vez más. Y también digamos que Israel tiene – cómo no – el derecho a defenderse. Lo ha tenido siempre y, cualquiera que se viera atacado de esta forma tan brutal, tendría el derecho a defenderse. Pero creo que todos estamos unidos en decir que el derecho a la defensa, como todos los derechos, tiene unos límites. Y, en este caso, son los límites que marcan el derecho internacional y, en particular, el derecho internacional humanitario. Todo esto es ya obvio, y podemos repetirlo, pero repetirlo no nos hará avanzar en la necesaria reflexión que guíe la acción.

Sí, condenamos estos terribles ataques terroristas, pero también creo que tenemos que condenar los muertos civiles – las víctimas civiles – que se producen en Gaza y que alcanzan ya los 3.000. Porque condenar una tragedia no nos debería impedir condenar otra. Mostrar nuestra piedad por los muertos, víctimas de los ataques terroristas, no nos debería – y no nos lo hace – impedir y demostrar también nuestros sentimientos por otros muertos.

En estos momentos trágicos, creo que la Unión Europea debe basar su respuesta en cuatro principios: la firmeza, la humanidad, la coherencia, y una actitud política proactiva frente a este conflicto.

La firmeza empieza con la clara condenación de Hamás, a los que – como ha dicho el Ministro [de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares] – no se les puede identificar con el pueblo de Palestina. Para nosotros, Hamás es una organización terrorista, y bien que lo ha demostrado con sus actos estos últimos días.

Hamás ha estado boicoteando cualquier intento de hacer la paz. Se ha opuesto a las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe, que abrían un camino para el acuerdo de paz posible entre Israel y Palestina. Hamás quiere hacer desaparecer Israel. No quiere la paz, quiere la destrucción. Pero también está haciendo con sus acciones imposible que los palestinos alcancen, también, una paz justa. Ellos también son víctimas de Hamás. Y por eso, no podemos hacerle responsable a todo el pueblo palestino, y a todos los habitantes de Gaza, de la acción terrorista de Hamás.

La firmeza pasa también por pedir la liberación de los rehenes. Y eso enlaza con la segunda línea de acción, que es la humanidad. Las guerras también tienen sus reglas. Las guerras son atroces y lo que hemos visto, bueno, lo que hemos explicado sin saber todavía a quien atribuir la autoría de la matanza en ese hospital, es otra de las caras horribles de la guerra. Pero las guerras también tienen sus reglas, y están acuñadas en el derecho internacional. Y lo hemos dicho en varias ocasiones referido a otros conflictos: cortar el agua, y los suministros básicos a una población, no es compatible con el derecho de la guerra. En este momento, no hay ya más agua en Gaza y hay más de 3.000 muertos y una cuarta parte de ellos son niños. No podemos hacer responsables a todos los Gazaries de las acciones criminales de Hamás.

El tercer principio es la coherencia política. Y en eso creo que podemos decir que todos, todos, estamos unidos en lo que acabo de decir. En el rechazo a Hamás y en la petición de que se respete el derecho internacional y humanitario por parte de todo el mundo. Y que se acaben los ataques contra los civiles indefensos, estén donde estén.

Y tenemos que hacerlo de manera que la acción de los Estados miembros, de cada uno de ellos, sea compatible con una acción común de la Unión [Europea], y que las políticas comunitarias también lo sean. Y eso plantea la cuestión de la ayuda a la Autoridad Palestina y la cuestión de la ayuda humanitaria a las víctimas de Gaza. Y la decisión de la Presidenta de la Comisión de incrementar – multiplicar por tres – nuestra ayuda humanitaria, es una buena muestra de esta coherencia política.

Desgraciadamente la ayuda humanitaria tiene que entrar. Y no puede entrar porque todavía están cerradas todas las vías de acceso. El Ministro Egipcio de [Asuntos] Exteriores [Sameh Shoukry] pide una y otra vez que cesen los bombardeos contra las infraestructuras que permitirían el paso de esta ayuda humanitaria urgente.

Y el cuarto es, quizá en este momento, aquel sobre que tenemos que invertir más energía política, que es una actitud proactiva para resolver este conflicto. Yo estuve en Gaza en los bombardeos del 2008, y desde entonces he presenciado ya cuatro guerras como esta. Y mucho me temo que, si no paramos el ciclo de la violencia, se volverá a repetir dentro de unos cuantos años más.

Hay que abordar el conflicto entre Israel y Palestina, porque la paz entre los países árabes e Israel, que es una buena noticia, no trae consigo automáticamente la paz entre Israel y Palestina, que también hay que conseguir. Como decía un reservista israelí llamado a filas en unas declaraciones a la prensa: “El ejército más poderoso para defender mi país, sería la paz”. Mientras la paz no se consiga no habrá ejército suficientemente poderoso para garantizar la paz de Israel.

Pero la paz no vendrá sola, la paz hay que construirla. Reconozcamos que en la comunidad internacional en la que formamos parte, no hemos hecho todo lo que había que deber hecho para que los Acuerdos de Oslo – que cumplen ya treinta años – se lleven a la práctica. Proclamamos todos los días la solución de los dos estados, pero como me dijo en las Naciones Unidas durante la semana de la UNGA, el representante de Palestina: “Y que hacen ustedes para conseguirlo, aparte de proclamarlo?”

Desde Oslo hasta ahora, el número de colonos israelíes y de los territorios ocupados se ha multiplicado por tres. Y el espacio del posible estado palestino se ha ido reduciendo y recortando en un laberinto de espacios non conectados entre ellos.

Pues, por lejos que nos parezca esta solución y por difícil que sea, no tenemos otra. ¿Porque cuál es la alternativa? Si no hay dos estados, solo puede haber uno y ¿cómo se viviría dentro de este estado? ¿En qué condiciones, unos y otros? Si solo tenemos una solución, movilicemos nuestras energías políticas – y Europa tiene muchas – para construirla.

La normalización de las relaciones [de Israel] con los países árabes, no basta. Y posiblemente Hamás ha querido con este ataque provocar una reacción israelí que hiciera imposible a la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita. Quizás ese era uno de sus objetivos estratégicos. No todo es locura en su acción, quizás también hay detrás una estrategia para impedir que se pueda avanzar hacia la paz.

Hemos estado trabajando con nuestro Enviado especial para Oriente medio, Sven Koopmans, con Jordania, con Egipto, con la Liga Árabe, con Arabía Saudita, para lanzar – relanzar, mejor dicho – un proceso que nos pueda conducir a esos dos estados. Hemos de recalibrar y aumentar este esfuerzo. En las Naciones Unidas reunimos a 60 países, y todos, o casi, se manifestaron a favor de esta solución.

Comprometámonos hoy aquí, y esta sería la mejor manera de honorar a los muertos de un lado y del otro, a construir la paz entre ellos, que solo puede pasar por una arquitectura política que ya ha sido acordada, que ya está en las resoluciones de las Naciones Unidas, y que necesita el impulso político que Europa también puede contribuir a darle.

Hoy, en el Consejo de Seguridad [de las Naciones Unidas] se va a seguir debatiendo una resolución presentada ayer por Brasil, y que se ha pospuesto para su voto hoy. Lo que votemos en el Consejo de Seguridad, la manera en la que comuniquemos nuestra posición política en este conflicto va a determinar el papel de Europa en el mundo durante muchos años.

He escuchado esta mañana la voz de la mezquita de al-Azhar en El Cairo. Me ha producido una enorme preocupación porque este conflicto está derivando, desgraciadamente, hacia un conflicto entre el mundo musulmán y el mundo cristiano, y esto no lo podemos permitir. Porque la seguridad de nuestras calles depende de ello. Y porque los equilibrios geopolíticos mundiales también dependen de ello. Hemos que hacer un esfuerzo gigantesco para conseguir evitar esta deriva, evitar que el conflicto se extienda a la frontera con el Líbano.

Ayer estuve hablando con el ministro Iraní [de Asuntos Exteriores, Hossein Amir Abdollahian], como tantos otros ministros con los que he estado permanentemente en contacto desde que, en Omán, conseguimos un acuerdo en una comunicación conjunta entre los países del Golfo y los países de la Unión Europea que decía lo fundamental que creo debe guiar nuestra acción. Si, firmeza, humanidad, coherencia y compromiso político para conseguir salir de esta situación y construir una paz duradera.

Muchas gracias.

Enlace al video (starting from 13:21): https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-247651

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