Sólo es auténtico el texto pronunciado
Muchas gracias, Vicerrectora.
Un verano más estamos en [el Palacio de] La Magdalena, en este curso que en realidad empezó en el año 2000, o sea que realmente llevamos algo más de 9 años. Pero a partir de un cierto momento, le pusimos el título genérico de Quo Vadis Europa y se ha ido repitiendo desde hace 9 [años]. Pero a mí mismo me sorprende que hayamos estado desde el año 2000 acudiendo todos los veranos [al Palacio de] La Magdalena para reflexionar sobre el futuro de Europa.
Este año lleva por título Hacia una Europa geopolítica, respondiendo al deseo de la Presidenta de la Comisión [Europea, Ursula von der Leyen] de que su comisión fuese una comisión geopolítica. ¿Qué quiere decir eso? Quiere sin duda decir que Europa tiene un papel que jugar en el mundo. Que no es solo un instrumento al servicio de la paz y la convivencia entre europeos –esto es un objetivo ya alcanzado– sino que tiene que ser un actor en la escena internacional.
¿De qué manera? ¿Con qué medios? ¿Haciendo frente a qué problemas? Eso es lo que vamos a tratar. Y es cierto, Vicerrectora, este año del curso, quizás porque la videoconferencia ayuda y permite invitar a mucha gente sin que tengan necesidad de acudir físicamente [al Palacio de] La Magdalena, ellos se lo pierden porque desde luego los principales alicientes del curso es precisamente estar aquí. Este año es especialmente rico y variado en las personas que participan en él y también en el número de quienes lo van a seguir a través de las redes.
Hoy nos acompaña y yo estoy muy satisfecho de poder contar con su presencia física Enrico Letta, ex Primer Ministro de Italia y actualmente líder del Partido Democrático de su país, para lo cual ha dejado recientemente sus actividades académicas como Director de la Escuela de Relaciones Internacionales del Instituto de Ciencias Políticas de París. Y con eso, creo que resumo perfectamente su calificación para participar en este curso – relaciones internacionales, el Gobierno de un país tan importante para la Unión [Europea] como es Italia.
Poco más tengo que decir, sino agradecer por supuesto a la Universidad, también a la Fundación Ramón Areces, que desde hace años contribuye generosamente a la financiación de este curso, y a ustedes por la atención que nos van a prestar.
Es cierto, la Vicerrectora lo ha dicho, el virus que no cesa, ha cambiado todos los parámetros de la acción internacional. El mundo hacia el que vamos después del virus es un mundo –o será un mundo– más desigual, más asiático y más digital. Creo que esas serán sus tres características, no todas necesariamente buenas.
El mundo será mucho más desigual, entre países y en el interior de los países. Será mucho más asiático, porque se habrá producido una aceleración en el desplazamiento del poder económico hacia el Pacífico, hacia el Sudeste Asiático. Y será más digital, sin duda, porque habremos descubierto la utilidad de los instrumentos digitales que han entrado en nuestra vida cotidiana y facilitado todas las actividades.
Será un mundo más peligroso también, porque se habrán exacerbado las tensiones y los conflictos. Estará dominado por la rivalidad entre China y Estados Unidos, inevitable, lógica, desde el punto de vista de la emergencia de China frente a la potencia estadounidense.
Será un mundo muy multipolar. Durante la Guerra Fría el mundo fue bipolar. Desde el fin de la Guerra Fría hasta ahora –o hasta hace poco tiempo– fue unipolar. Y ahora es una bipolaridad imperfecta, porque hay otros polos y Europa debería pretender ser uno de ellos.
Un mundo más multipolar pero menos multilateral. Y a nosotros los europeos nos gustaría contribuir a que el mundo fuera más multilateral porque si no lo es, acabará siendo un mundo donde se imponga la ley del más fuerte. Lo contrario de la multilateralidad es el predominio de la fuerza como argumento para fijar los destinos del mundo. Y de eso vamos a hablar en estos días, desde distintos puntos de vista.
En la primera sesión, la de hoy, tendrá por protagonistas al profesor [Enrico] Letta [Presidente del Instituto Jacques Delors], a la profesora Nathalie Tocci, actualmente en la Escuela de Relaciones Internacionales de Harvard y a Mark Leonard, Director del Consejo para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea.
Y a mí me gustaría también que Enrico [Letta] dijera algunas palabras, ya que ha tenido la amabilidad de venir hasta aquí en persona. Y lo ha hecho de una forma, como siempre apresurada, porque no podrá quedarse a disfrutar de Cantabria como tenía intención de hacer. Pero gracias Enrico [Letta] por haberte desplazado hasta Santander.
Q&A
Q. Ha mencionado usted que uno de los mayores peligros es la lógica rivalidad entre China y Estados Unidos en el futuro. ¿Qué papel tiene que jugar la Unión Europea en esta rivalidad?
Pues esa es la gran cuestión, ¿dónde se sitúa Europa en esta nueva bipolaridad?
Los europeos no tenemos ningún interés en despertar una nueva Guerra Fría. Siempre estaremos más cerca de Washington que de Pekín.
Compartimos con Estados Unidos el mismo sistema político, una democracia multipartidista, el mismo sistema económico, una economía de mercado, la nuestra más social que la suya, pero a fin de cuentas economías de mercado con libres iniciativas por parte de los actores económicos. Y, por lo tanto, siempre estaremos más cerca de Estados Unidos, pero eso no quiere decir que nuestros intereses coincidan siempre.
Y por eso, Europa tiene que buscar un lugar que no sea un lugar de dependencia con respecto a uno de los dos actores, sino que pueda defender sus propios intereses. Y eso será difícil, pero creo que será la prueba del fuego de la existencia de una Europa como poder geopolítico.
Q. El año pasado en esta misma visita [usted] dijo que los europeos saldrían de esta crisis con la consciencia de que hacía falta más Europa, y que la Unión [Europea] tenga más competencias. Un año después ¿cree que ha sido así?
Quizá Enrico [Letta] también pueda valorar si ha sido así o no, porque como les digo, hasta hace muy poco, dirigía un centro tan prestigioso como el Instituto de Relaciones internacionales de Ciencias Políticas en París, y ahora está al frente de uno de los grandes, el más grande, en términos de votos, de los partidos políticos italianos.
Yo creo que sí, yo creo que los europeos han tomado consciencia de que cada vez hay más problemas que no tienen una solución nacional. Y la pandemia es uno de ellos. Hemos acudido –y de eso hablaremos después– hemos acudido juntos a comprar vacunas. Y hemos tenidos problemas, de abastecimiento, de plazos de entrega.
Imagínese lo que hubiera sido si los 27 países hubiesen acudido cada uno por su cuenta al mercado de vacunas a intentar comprar las suyas. Hubieran entrado en competencia entre ellos, competencia en el sentido de “yo las pago más caras para tenerlas antes”. Imagínese lo que hubiera sido 27 países europeos llamando a la puerta de los productores en orden disperso, tratando cada uno de salvar su piel. El resultado hubiera sido infinitamente peor, sin duda.
El actuar conjuntamente tiene un premio y frente a las amenazas que pesan sobre Europa, hay muchos países europeos que, si estuvieran solos, no tendrían donde agarrarse, por decirlo de una manera muy coloquial. En este caso es cierto que la Unión [Europea] nos hace más fuertes y más capaces. Y eso creo que los ciudadanos han tenido ocasión de percibirlo.
¿Más competencias? Probablemente la Unión no se concibió para hacer frente a crisis sanitarias, porque entonces no las había. Pero ahora que sabemos que existen, hemos tenido una y puede que haya más, dotar a la Unión de competencias en los temas de salud – que tiene muy pocas de acuerdo con los actuales tratados – es algo que sí está sobre la mesa. Y estoy seguro que lo que no se pensó hace tiempo, porque no se consideraba necesario, ahora lo va a ser y se va a dotar a la Unión de más competencias para hacer frente a pandemias.
Link al vídeo: https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-209710